La Ingeniería Civil, arte y ciencia
desde los inicios de la civilización, ha contribuido en el progreso para una
mejor calidad de vida en el mundo, pues las decisiones que toman los ingenieros
civiles tocan las vidas de personas en el mundo entero con su rol como
profesionales que impactan el medio ambiente y trabajan el entorno construido.
La vida humana depende de servicios
que la Ingeniería Civil provee, mismos que tienen que ser confiables, seguros y
de alta calidad para asegurar ese alto nivel de vida pretendido. Si por alguna
causa los servicios son afectados o interrumpidos, entonces consecuencias
potencialmente graves pueden ocurrir, como enfermedades, daños materiales e
incluso atentar contra la vida. La misión de estos profesionales es mejorar el
conocimiento con las tecnologías modernas en la Ingeniería Civil y una
aplicación asertiva de éste con un propósito innovador, claro y preciso de
evitar fracasos, más que con la intención de obtener éxitos de forma continua.
La hipótesis en este sentido, es
que el gran reto para el siglo XXI de la Ingeniería Civil será el proveer
proyectos con soluciones integrales, con control de calidad en materiales y
procesos constructivos, tomando en consideración el impacto al medio ambiente.
El desafío del desarrollo sostenible
para el siglo XXI involucra el compromiso ético y técnico de la comunidad de
Ingeniería Civil. La ética profesional es importante para reducir la corrupción
en la industria en general y adoptar una posición firme de tolerancia cero al
soborno, fraude y engaño. Este siglo XXI exige una total transparencia para
evitar que parte de los presupuestos destinados para obras se pierda por
prácticas corruptas o se utilice para otros fines que no sean de beneficio para
la sociedad.
El siglo XXI requerirá, muchos
caminos más, más redes fluviales e infraestructura en general, y además generar
empleos que inclusive podrían ser –estos últimos– creados con los recursos del
resultado de la transparencia.
Para esta nueva era lo imperante
será contar con instituciones, organismos reguladores y participación
ciudadana, que fomenten y promuevan una cultura para el bienestar social, que
permita una atmosfera óptima para acciones eficaces y efectivas con
responsabilidad, asociadas con el respeto de la legislación dentro del
ámbito de la Ingeniería Civil, y que ésta sea parte importante de un motor más
potente para el mejoramiento humano y la justicia social.
Los profesionales de esta
disciplina deberán estar provistos de una generosidad de espíritu, con
integridad de carácter y capacidad de identificar sistemáticamente los cambios
que se presenten en la sociedad, en la demografía, en la tecnología y la
ciencia moderna, para hacer de estos cambios, nichos de oportunidad para el
progreso.
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